Originally posted 2017-05-11 18:48:45.
Por fin hoy se ha aprobado en el Congreso que los restos de Francisco Franco sean exhumados para sacarlos del Valle de los Caídos y llevados a un lugar sin determinar. La iniciativa del PSOE fue aprobada sin ningún voto en contra y con la abstención del PP y de ERC, aunque por razones diferentes. Es una proposición no de ley para instar al Gobierno a que actúe y sobre la que todos matizan, unos porque les gustaría dinamitar todo el monumento, otros como la alternativa menos mala porque sacar de allí a todos los republicanos enterrados sería tarea imposible, C´s en su línea de que estas cosas no son de partido sino de estado y por lo tanto requieren amplio consenso, y otros porque no saber que hacer con los restos del dictador, pero todos coinciden en una cosa, que el sitio de Franco no es ahí así que solo queda cumplir lo votado por mayoría y sin otro voto en contra de un diputado del PP que se equivocó.
Convendría aclarar en cualquier caso que queda muy poca gente viva que haya sufrido conscientemente la guerra civil y que el odio y crispación hacia el monumento corresponde a gente que han leído u oído sobre el tema. Lo que si tenemos todos es algún pariente que nos contó cuando éramos niños o jóvenes, la historia de la guerra y su opinión de Franco, imagino que diferente según el bando en que hubiese participado, algo similar a si la historia de España te la cuentan en Andalucía o en Cataluña. A mí me tocó tener parientes republicanos que sufrieron la represión, la ruina y la cárcel, junto a otros que lucharon en el lado franquista simplemente porque la guerra les cogió en el lugar que controlaba ese bando. Personalmente nunca fui amigo de dictaduras y ya de niño apedreaba a las juventudes de Falange por instinto, y así continué incluso en el servicio militar, por eso he sufrido decepciones al ir aprendiendo historia y sobre todo con la desclasificación de documentos. Franco, no fue el líder del alzamiento militar, como dice Cercas en su última novela, aunque se sumó a él y al irse muriendo en extraños accidentes todos los demás, acabó liderando el movimiento. Aquel golpe militar fracasó como había fracasado a revolución de 1934 con la diferencia de que aquí terminó en guerra civil que ganaron los alzados. Ahora se sabe que el Frente Popular cometió irregularidades que le llevaron a la victoria gracias a falsificaciones en el recuento y un «baile» de 50 escaños a favor de las izquierdas (ver 1936: Fraude y Violencia de los historiadores Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García). Aunque las Actas con las raspaduras están ahora a disposición, eso carece de mayor importancia porque lo que se juzga ahora es si la represión fue la normal en una guerra o hubo asesinatos en masa, o más aún, si se mataron civiles inocentes sin motivo alguno.
Esas matanzas las hubo porque hasta nosotros, aún 80 años después, llegaron las noticias de los «paseíllos» donde miembros de la Falange, un partido barrido en las urnas, asesinaba de un tiro en la nuca a todo al que alguien rencoroso señalaba por cualquier motivo. Cadáveres en las cunetas hubo, fosas comunes también, y es lícito que si hay familiares que desean recuperar esos cuerpos y darles sepultura según sus creencias, puedan hacerlo. Ir más allá queriendo destruir el Valle de los Caídos es fruto de un odio que pretende borrar la historia. En el mundo todavía está la tumba de Napoleón, los campos de concentración nazis, el Coliseo romano, y muchos lugares donde las injusticias sobrepasaron lo imaginable pero que conservamos como parte de la memoria histórica. Claro que remueve las tripas pensar que los alemanes nazis bombardearan Guernica, pero también que los americanos hicieran lo propio con Dresde y sus 50.000 muertos, mujeres, niños y ancianos, con la guerra ganada y sin necesidad alguna, pero no por eso vamos a pedir que destruyan sus monumentos a los caídos.
Está bien la ley de la Memoria Histórica, que se haga justicia, pero que se termine lo antes posible de remover el pasado porque sin nos ponemos a derribar estatuas de los que han cometido crímenes no quedaba una de pie, ni la del demonio del Parque del Retiro, las calles habría que nombrarlas con números o letras, y solo quedaría algún literato con el que muchos no estarían de acuerdo. Pensemos que el otro bando, el que guarda silencio, sufrió represión por ser religioso (6.700 religiosos asesinados), y también tuvieron sus masacres injustificadas, y tampoco es cuestión de seguir dándole vueltas a si fue más matanza la de Paracuellos o la del Cuartel de la Montaña, es hora de devolver cuanto antes los cadáveres de los que los reclaman, y reconciliarnos como lograron hacer los americanos después de su guerra civil, o los alemanes post Hitler, etc., etc.
Justicia, pero rápida y, por favor, menos utilización política de los hechos de otros siglo, menos insultos parlamentaios de franquista, una palabra que empieza a ser tan lejana como llamarnos Atila, y por favor, que el PP atienda lo acordado cuanto antes.